El fin de semana pasado Miguel se trajo el charango que compró en uno de sus viajes a Latinoamérica para amenizar el viaje, dijo que se lo iba a traer todos los días.
Estuvimos cantando canciones y haciendo el palmera dentro y fuera de la furgoneta.
En una de las paradas la pobre guitarrita se enganchó en la chaqueta de un hombre-cohete que salía de la furgo rumbo al WC, llevaba 200 km aguantando y a 200 km/h que salió el charanguito en su particular vuelo sin motor por una gasolinera cualquiera.
No le pasó gran cosa, un golpe y la perdida de un pequeño tornillo del clavijero. Eso sí, Miguel perdió todas las ganas de volver a traerlo y momentáneamente toda la pigmentación facial. Cuando vió que eran heridas leves recuperó su color habitual. Una pena, el “Loosing my religion” sonaba genial…
No nos dio tiempo a echarlo de menos en el viaje a Badajoz, estamos cerca. Nos encantó tocar en Aftasí, fue una sorpresa encontrarnos una sala con tan buena acústica y tan bien montada. Las canciones elegantes salieron ganando, sobre el escenario sonaban todos los detalles y eso da un gusto tremendo… “Harás y romperás”, “Último mar” y “Canción para septiembre” sonaron como nunca.
La sala estaba a tope y con muuucha expectación, una maravilla. Cada día disfrutamos más tocando juntos y eso la gente lo nota.
Ya conocemos Badajoz de veras. Nos gustó y queremos volver.
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